Se cómo es. Piensa en yacer enredado en mi cuerpo. Una flor entre sus dedos, un mensaje bien claro entre sus ojos, una palabra y soy suya como mío es él.
Rodea mis caderas elevándome sobre su cintura dejando desvanecer mi blanca camisa sobre sus pies. Mi lengua recorre su excitado cuello, sus venas bombean a la velocidad de mis caricias que alientan su rigidez, la que me lleva, la que me devora.
Camina hacia el lecho, donde el sol calienta, donde la luna se refleja sobre tu mirada, sobre los besos que vuelcas en mis esencias, sobre las caricias que me apasionan.
Aullando sobre las traslucidas cortinas deseo su corazón con su corazón en mi ser. Armada con una daga de brillantes le asesté con certera pulcritud sobre su garganta, el adiós fue angustioso pero no hubo queja, ni una misera embestida. Corté la mía... mi cuerpo agonizante cae sobre el suyo. Ya somos uno, ya conseguimos la eterna felicidad.
@2011 Guribundis.
Ya veo el porqué de la foto del viaducto...
ResponderEliminarUn tanto inquietante