Cookies

Si siguen navegando por este blog o permaneces en él damos por hecho que admites cookies, aunque debo decirte que no las utilizo, blogger lo mismo si y ya sabes...

30/4/11

Una tarde de valor.

Para  las madres que se agolpan en mi corazón. 


Corrió cómo hacía tiempo que sus piernas no se prestaban a hacerlo, el aliento se agolpaba en la entrada al Hospital Central. Pasó sobre el iluminado hall y allí, en un pequeño mostrador, preguntó a una dispuesta señorita por la sala de paritorios, mi mujer está a punto de dar a luz, dijo excitado, era su primogénita, Sofía se llamaría, había conseguido convencer a Marta de reescribir el nombre de su abuela en otra nueva vida.

Gritos intermitentes en la sala coronada con la foto de un bebé rollizo. Marta resoplaba intentando contener todas sus fuerzas entre las piernas, las lágrimas inundaban su rostro esperando ver las facciones de su hija, no la quería mal, un hermano murió en el parto y su corazón se atrapaba ante la posibilidad de una desgracia. Tú no morirás, pensaba alocadamente, vas a vivir Sofía, te quiero conmigo. A cada contracción un nuevo impulso y un deseo incombustible de proteger la nueva vida que vendría a sufrir a este mundo.

La carrera incansable de Ernesto terminó ante la puerta de una parturienta estremecida y agotada que agarraba los barrotes de su cama como carcel que atrapaba a su hija Sofía. El beso infinito de su amor dio con el empuje creciente de un bebé que ya no esperaría más, vendría a este mundo con la energía suficiente para llorar con la fuerza de un huracán y así, con la cabecita fuera los llevaron a paritorio, con la niña escapándose de su madre. El sudor cegaba los ojos de Marta mezclados con lágrimas y cansancio. Sus manos se agarraron con fuerza, ¡Ahora!

Un médico extrajo el cuerpecito agotado de la niña, el silencio inundó el parto y todos las miradas estaban centradas en los sollozos que habían desaparecido. ¡Ahhh! Marta rompió a llorar temiendo por la salud del ser que de su vientre se fugó. ¡Ahhh! ¡Sofía! Y la pequeña contestó a la llamada de su madre con un grito más profundo y el llanto contagió a los testigos de una sala, en un hospital, en una ciudad.

Para ti, madre.

4 comentarios:

  1. Conozco una Marta que dentro de poco, finales de Agosto tendrá una niña, el nombre todavía no se sabe y seguro que todo irá bien.
    Buena forma de recordar el día de la madre.
    Saludos

    ResponderEliminar
  2. El día es la madre es cada día después de haber dado a luz, cada minuto, cada segundo después de haber sentido el milagro de la vida en tu interior, cada instante después de haber asistido a una lluvia de estrellas dentro de un paritorio...a pesar de los pesares.
    Tiernísimo relato, lleno, llenísimo de sentimientos; una vez más me has vuelto a hacer llorar, tanto como me emocionan grandes escritores...Felicidades a ti, por tus palabras, y a tu madre, por habernos regalado tu existencia.

    ResponderEliminar
  3. El día de la madre es cada día después de haber dado a luz, cada minuto, cada segundo después de haber sentido el milagro de la vida en tu interior, cada instante después de haber asistido a una lluvia de estrellas en el interior de un paritorio.. a pesar de los pesares.
    Tiernísimo relato, lleno, llenísimo de sentimientos. Una vez más me has vuelto a hacer llorar, me has emocionado como lo hacen los grandes escritores...
    Felicidades a ti por tus palabras, y a tu madre por regalarnos tu existencia.

    ResponderEliminar
  4. Para la niña que un día amaneció inmóvil y por suerte no dejó de coletear... en aquellos instantes tan difíciles

    besos Ana.

    ResponderEliminar

Entradas populares

Mi lista de blogs