Observé el pórtico que daba pie a la oscuridad, parecía lúgubre, sentí rechazo pero no di la vuelta. Permanecí unos instantes de calma antes de lo que suponía provocaría una tempestad en mi vida o por lo menos una revolución. Todo era incierto, un paso sólo me separaba del oscuro pasillo que cavernoso esperaba mi entrada.
Sabía que dejaba tras de mí la certidumbre de mi presente, situaciones más o menos seguras que de sobra podría solventar, pasillos de luz que ya no eran suficientes y que obligaban a dar pasos en busca de más, no se aún qué más pero más.
El miedo me encogía, me aterraba encontrarme en la nada más absoluta si continuaba. Infinidad de alternativas se presentan si cruzo al abismo del futuro.
Abrí las manos en un intento de apreciar la ligera brisa que de la inmensidad incierta procedía, atravesaba mi cuerpo llevándose los residuos de batallas pasadas, deje que me purificara y por fin adelante mi pie derecho forzando una caída que por prevista no dejo de atraparme en la agonía de la precipitación y del temor de sucumbir a mi decisión.
Es espeluznante caer y caer... y la única forma de provocar la revolución dentro de mí.
Mientras caigo olvido qué soy y porque estoy inmerso en el vacío. Atisbo el hueco entreabierto de un provenir pletórico de sensaciones y de colores. Lucharé por alcanzarlo. La clave es luchar por lo que dentro de mí arde que me abrasa y no me deja arrodillar ante el presente de mis días.
¿Diario de una ruptura?. F.
ResponderEliminarTodo es mi diario, todo es parte de mi en la que sin importar expongo motivaciones y pensamientos que fluyen sin sujección. Posiblemente mi historia.
ResponderEliminarEl miedo al cambio, miedo a avanzar, virgencita virgencita que me quede como estoy...
ResponderEliminarQue complicado es seguir hacia adelante...
Saludos
con gente como tú seguir adelante es mucho más sencillo.
ResponderEliminarmuchas gracias