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8/2/13

Misiva 22. Gritos rojos

MISIVAS DE UN RECUERDO.

San Martín de la Vega, 21 de Diciembre de 1937



A quién lea este grito,



Escribo desde la voz de un cautivo. Con la mano izquierda apunto entre sus cejas por si olvida su presidio. Mi mano derecha escribe las palabras que arroja la sangre de entre sus labios.

¡Perdóneme todo aquél que he herido, todo aquél que me ha llorado, aquél que  no me haya olvidado!  Sólo atendí la voz de la obligación. Nunca... nunca debí disparar el arma que mis manos sostenían y que mi alma detestaba.

No escribo todo lo que el reo grita. ¿Cómo te llamas? le pregunto. Adolfo Arapiles. ¿De dónde eres? Adolfo Arapiles. ¿Dónde se esconde tu familia? Adolfo Arapiles...

Horas de sopor, de sudor y de dolor... No sufrirás más. Hay una bala guardada para ti. Te haré un favor compañero. No gritarás más. 

Como siempre el cielo arroja sus lágrimas sobre nuestra silueta, ¡Llega tu hora! El próximo trueno será tu último suspiro. Adiós.

Tu anillo ahora es el mío, me quedo el único tesoro que esta vida te ha dejado. Ahora, tan solo te lo he guardado

Un rojizo río exhorta su piel... Un disparo ajeno me ha perforado, en este momento mi sangre busca el caudal de la suya. Un tiro en la sien me han pegado y una última palabra he clavado...

Soy yo quién dispara, yo quién os arranca la vida y ese fulgente anillo me he colocado. Marcho de aquí con mi cañón despejado.


 El último soldado en disparar.
 

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